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26 Esta mujer era extranjera,[a] sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara al demonio que tenía su hija.

27 ―Deja que primero se sacien los hijos —replicó Jesús—, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros.

28 ―Sí, Señor —respondió la mujer—, pero hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos.

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Footnotes

  1. 7:26 extranjera. Lit. helénica (es decir, de cultura griega).